lunes, 13 de junio de 2011

Rastros: Jordi Doce

Sigo la estela de Perros en la playa, de Jordi Doce. He aquí el libro de un rastreador que se entrega a la paradójica tarea de difuminar la huella de sus propios pasos. En su escritura hallamos fragmentos de un diario autobiográfico sin anécdota superficial, apuntes de poética sin concesiones a las vidas de poetas, y aforismos morales sin moraleja ni moralina. La playa de Doce no nos ahoga con falsa retórica ni nos deja flotando en la liviandad. Es la obra de un escritor de fondo que se enfrenta a la página en blanco con la misma actitud —desafiante y respetuosa— con la que el nadador se asoma al mar abierto. Sus Perros en la playa no se emperran a toda costa en meterse en aguas revueltas, pero saben que la densidad del pensamiento contemporáneo a menudo exige ir a contracorriente. Por eso vale la pena sumergirse (a braza o a crawl)) en su lectura. Les dejo con unas cuantas olas literarias y con otra recomendación: el blog de Jordi Doce (http://jordidoce.blogspot.com/), que comparte título con el del libro que acabamos de olfatear:



Una forma de clasificar a los escritores: los que piensan que la palabra es un arco, y los que piensan que es la flecha; lo malo de los primeros es que a menudo hacen de flecha; lo malo de los segundos es que suelen confundirnos con una diana.
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La página escrita y su tercera dimensión, el lector.
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Escribe, aunque solo sea para que otros no lo hagan por ti.
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En el poema va la penitencia.

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